En este viaje, con cada
estación busca un futuro que deje atrás una primavera de alergias y colores que
le abruman hasta el hastío. Baja en la última parada y, en el final del
trayecto, se apodera de él el aire espeso de la estación. Un mozo desdentado,
de guardapolvos raído y rostro macilento se ofrece a cargar su maleta. En la
calle, con la puerta de la estación a su espalda, le atrapa un paisaje de
sólidos edificios de hierro y hormigón bajo una nube espesa de lluvia y
hollines. A su alrededor, coches oscuros y un ejército de viandantes
uniformados con trajes grises y gafas oscuras. Un ruido mudo y denso se apodera
de sus oídos y se percata de que las mangas de su chaqueta empiezan a perder
color. Se da la vuelta para intentar huir, pero la estación es ahora un solar y
el mozo le pide con un gesto que le siga mientras arrastra la maleta hacia su
destino.
¿Un sueño? Me hubises gustado hubieses profundizado más y conocer más del contexto.
ResponderEliminarTe mando un abrazo enorme y nos leemos :3