58. La Gran Coalición y la otra libreta
Desde hace unos días, Juan
Cuadrado toma notas en su otro cuaderno, el que no enseña a nadie, el de las
malas noticias. Donde apunta los peores escenarios y sus posibles y delirantes
soluciones. En él, el Asesor baraja una
maquiavélica posibilidad que no ha querido compartir con el candidato para no
desmotivarle. Una teoría que cumple a pies juntillas su teoría sobre la
teatralización política y la vedettización de sus protagonistas:
“¿Y si todo es un acuerdo, un
pacto en la sombra, una Gran coalición sin luz ni taquígrafos?
Para que sobrevivan los grandes
hay que anular a los que cuestionan a los más poderosos, aquellos que, en algún
momento, han tenido opciones reales de acaparar cuotas de poder. La mejor forma
de hacerlo es el desgaste, que el electorado llegue motu propio a la conclusión
de que solo hay dos partidos solventes.
Dos investiduras fallidas, una
para cada uno que transmite la falsa apariencia de que los más votados han cumplido
con su responsabilidad política haciendo todo lo posible por formar gobierno y,
después, solo esperar a que madure la fruta y dedicarse a cosechar en unas
elecciones con poca participación y mucha desidia. Unos resultados polarizados
en dos partidos, el que gobierne con mayoría absoluta y que el refuerce su
crisis interna de partido aguantando el chaparrón de cuatro años en la
oposición.
Una Gran coalición pactada a
escondidas, guionizada en algún discreto bar de carretera e interpretada en un
día a día donde todos dicen en público no desear lo que ansían en privado,
sacar las urnas a pasear y que los votantes se queden en casa”.
EL ASESOR: Diario de campaña (entregas anteriores)
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