El candidato se mantiene a la espera de las indicaciones de Juan Cuadrado. De momento, el Asesor le ha sugerido, léase prohibido, apariciones públicas que no estén bajo su control absoluto. Así que, el candidato, siempre preocupado por el bienestar de su equipo, se empapa de actualidad para cuando tenga que salir al ruedo. En su repaso informativo se queda estupefacto con las crónicas que tachan de escándalo el sueldo asignado al peluquero de un dirigente de una de las principales potencias europeas.
-¿Lo puedes entender Cuadrado? A este hombre se la tienen jurada. Se le echa la gente a la calle solo por una reforma laboral de nada, que no es ni la mitad que la de aquí, que tampoco es gran cosa. Le crucifican por un lío de faldas, y ahora le critican por tener en nómina un peluquero 24 horas. Una cosa te voy a decir, yo también tengo uno a mi disposición, no tan caro pero que no cobra mal, y espero que a nadie se le ocurra decir ni pío por tener cubierta una necesidad que es a todas luces esencial para mantener la imagen de un político de mi nivel.
-Bueno jefe, de momento intenta no hacer alarde en público. Hay mucho picajoso en este río revuelto post-electoral, y seguro que a alguno le falta tiempo para autoproclamarse portavoz de la ciudadanía y decir que le parece fatal que pagues con dinero público un peluquero privado, También puede que no entiendan muy bien que ese estilista además sea tu sobrino Isabelino... ni que necesites tenerlo en exclusividad teniendo en cuenta que eres calvo.
EL ASESOR: Diario de campaña (entregas anteriores)
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