37.El chiringuito
Asumida la necesidad de no llegar
a unos nuevos comicios con el único objetivo de no hacer peligrar su escaño, el
candidato cierra el periodo de entrevistas clandestinas a la sombra de los toros
de Osborne sembrados por la periferia madrileña, y se escapa unos días a la playa junto a su Asesor para meditar los pasos a seguir.
Inspirado por la brisa marina,
Cuadrado prepara una nueva polémica para devolver a las portadas al candidato. “Jefe,
hay que crear una corriente crítica en el partido. En este mundillo, si no te
cuestionan no eres nadie. Hay que tener un grupo contrario dentro del PIRLA con capacidad para que le hagan caso en los medios pero
convenientemente controlado como para que no se desmanden”.
-Pero, ¿qué necesidad tenemos de
enredar ahora con eso?
-Tranquilo, lo único que
necesitamos son un puñado de díscolos prescindibles para que tu figura como
líder salga reforzada de cara a la opinión pública. Los usamos y los hacemos desaparecer. ¿A quién tenemos en el
PIRLA para encabezar la revuelta?
El candidato se toma su tiempo,
hace bailar las aceitunas del aperitivo, pide otra caña al camarero del
chiringuito y responde: “¿Te vale el cuñado tocapelotas del Brexit? Es que en el PIRLA
somos todos familia y es el único que se me ocurre. Por cierto, ¿aquel de la
gorra y las gafas de sol no es? No, no puede ser…
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