4.-El Partido
Asumidos los mimbres del candidato, el siguiente paso
del asesor es analizar los del partido para completar el cesto. Confirmar que
el PIRLA (Partido Independiente Revolucionario para Liberales Autónomos), iba a
dar tanto castigo como su líder era tan sencillo como acercarse a sus
principios fundacionales.
Con un origen de sobremesa larga y vaso ancho, unas
siglas con menos sustancia que un tertuliano de reality, y un programa tan de
centro como flexible para escorarse a izquierda o derecha según conveniencia,
el PIRLA era el caramelo envenenado que Juan Cuadrado estaba llamado a convertir
en principal fuerza política del país.
Terminado el primer asalto, Cuadrado se retira a su
rincón, más azotado que una alfombra vieja mientras tamborilea con el lápiz en
su cuaderno de notas y piensa: “Juanito, Juanito. Con estos bueyes tenemos que
arar”.
EL ASESOR: Diario de campaña (entregas anteriores)
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