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viernes, 17 de junio de 2016

EL ASESOR: Diario de campaña


21. Andanadas de hostias

El candidato, que había aceptado con cierto recelo la propuesta del Asesor, no tardó en comprobar que, las dudas sobre los documentos mostrados, las críticas y el rechazo que manifestaban algunos medios eran directamente proporcionales a la adhesión inquebrantable que mostraban otros.

-Cuadrado ¿Y ahora qué?

Cuando el líder del PIRLA formuló la pregunta, hacía rato que se había convertido en una marioneta en manos de Juan Cuadrado, el Asesor. -Ahora a la calle, a dejarse querer sin complejos. Que la gente sepa que no pueden contigo. He organizado un mitin informal. Ahora se lleva mucho esto de dar discursos subido al banco de un parque, en un corral de gallinas o sembrando tomateras.

Y en las calles, el candidato vivió en primera persona las mismas filias y fobias que había visto en los medios. Selfies, palmaditas en la espalda, jaleos y aplausos que convivían sobre los adoquines con miradas de recelo y algunos improperios para los que el candidato había sido adiestrado para responder con indiferencia y una amplia sonrisa.

-Jefe, allí, en ese bar. ¿Recuerdas el texto? Entra, te presentas, te subes a una silla y les sueltas el rollo. Que no se te olvide ser cercano y natural. Muy natural.

El candidato obedeció sin rechistar y entró con paso firme en El Tropical, un local de bayeta sucia, ventilador lento en verano y estufa incapaz en invierno, donde las moscas merodean la vitrina de olivas, los boquerones flotan en vinagre rancio y el mismo vaso presta servicio toda la jornada.

Le sorprendió que aquella enumeración de promesas electorales sobre prestaciones a la maternidad, sobre conciliación familiar y laboral, y sobre su reforma educativa interesase de aquel modo a aquel grupo de jubilados que le miraban con toda su atención. Cuando terminó, lanzó el guante a los potenciales electores: “Tengo que reconocer que me encanta tener delante un grupo de ciudadanos comprometidos, preocupados por temas sociales que no siempre tienen que ver con su situación personal. Bueno, y para terminar, ¿alguien tiene algo que decirme?”.

Manolo, el dueño de El Tropical levantó la mano detrás de la barra. “Que como meta gol la Selección y sigas con la almendra delante de la tele te van a llover andanadas de hostias.




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