21. Andanadas de hostias
El candidato, que había aceptado
con cierto recelo la propuesta del Asesor, no tardó en comprobar que, las dudas
sobre los documentos mostrados, las críticas y el rechazo que manifestaban
algunos medios eran directamente proporcionales a la adhesión inquebrantable
que mostraban otros.
-Cuadrado ¿Y ahora qué?
Cuando el líder del PIRLA formuló
la pregunta, hacía rato que se había convertido en una marioneta en manos de
Juan Cuadrado, el Asesor. -Ahora a la calle, a dejarse querer sin complejos. Que
la gente sepa que no pueden contigo. He organizado un mitin informal. Ahora se
lleva mucho esto de dar discursos subido al banco de un parque, en un corral de
gallinas o sembrando tomateras.
Y en las calles, el candidato vivió
en primera persona las mismas filias y fobias que había visto en los medios.
Selfies, palmaditas en la espalda, jaleos y aplausos que convivían sobre los
adoquines con miradas de recelo y algunos improperios para los que el candidato
había sido adiestrado para responder con indiferencia y una amplia sonrisa.
-Jefe, allí, en ese bar.
¿Recuerdas el texto? Entra, te presentas, te subes a una silla y les sueltas el
rollo. Que no se te olvide ser cercano y natural. Muy natural.
El candidato obedeció sin
rechistar y entró con paso firme en El Tropical, un local de bayeta sucia,
ventilador lento en verano y estufa incapaz en invierno, donde las moscas
merodean la vitrina de olivas, los boquerones flotan en vinagre rancio y el
mismo vaso presta servicio toda la jornada.
Le sorprendió que aquella enumeración
de promesas electorales sobre prestaciones a la maternidad, sobre conciliación
familiar y laboral, y sobre su reforma educativa interesase de aquel modo a
aquel grupo de jubilados que le miraban con toda su atención. Cuando terminó,
lanzó el guante a los potenciales electores: “Tengo que reconocer que me
encanta tener delante un grupo de ciudadanos comprometidos, preocupados por
temas sociales que no siempre tienen que ver con su situación personal. Bueno,
y para terminar, ¿alguien tiene algo que decirme?”.
Manolo, el dueño de El Tropical
levantó la mano detrás de la barra. “Que como meta gol la Selección y sigas con
la almendra delante de la tele te van a llover andanadas de hostias.
EL ASESOR: Diario de campaña (entregas
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